Los rellenos dérmicos con ácido hialurónico son procedimientos mínimamente invasivos indicados para tratar las arrugas y recuperar el volumen perdido.
El ácido hialurónico es la sustancia de relleno facial más empleada. El tratamiento con ácido hialurónico para corregir arrugas y aumentar el volumen facial es una de las técnicas mejor consolidadas dentro del campo de la medicina estética.
El ácido hialurónico es una sustancia presente de manera natural en nuestro organismo, especialmente en órganos y tejidos como la piel. Su misión fundamental es la de retener el agua y aportar densidad al tejido.
A medida que vamos cumpliendo años, especialmente a partir de los 35 años, la presencia de ácido hialurónico en nuestro organismo disminuye considerablemente, se van agotando las reservas y disminuye la capacidad de producirlo por parte del propio organismo.
Esto se traduce en:
– Pérdida de hidratación, volumen y firmeza
– Aparición de arrugas
– Adelgazamiento de ciertas zonas del rostro como labios y mejillas
– Envejecimiento del rostro
¿Para qué se usan los rellenos dérmicos de ácido hialurónico?
Los rellenos dérmicos con ácido hialurónico son especialmente indicados para corregir ciertos signos asociados con el envejecimiento. Los tratamientos de rellenos dérmicos con ácido hialurónico tienen una doble misión: rellenar y estimular.
Favorecen la proliferación de los factores de crecimiento cutáneo, que son fundamentales para reconstruir los tejidos dañados, consiguiendo que el proceso de envejecimiento se ralentice, además:
- Permiten remodelar formas y devolver el volumen perdido en áreas distintas: labios demasiado finos (ver los beneficios del ácido hialurónico en los labios), pómulos con una proyección escasa, mentón retraído..
- Son muy útiles para rellenar surcos y arrugas.
- Permiten disimular las marcas del acné y las cicatrices.
- Respetan la estructura facial.
- Corrigen los diferentes problemas con total seguridad para la salud del paciente.
Existen diferentes tipos de ácido hialurónico en función de su densidad. Las soluciones más densas suelen utilizarse para rellenar arrugas de distintas profundidades y para corregir la falta de volumen. Las más líquidas se emplean en terapias de hidratación y revitalización facial.
La infiltraciones con ácido hialurónico se realizan a través de microinyecciones superficiales a lo largo de la zona a tratar, lo suficientemente cerca entre sí para que evitar irregularidades y que el resultado sea uniforme. El tratamiento no suele durar más de media hora.