La piel es el órgano más grande del cuerpo. Es una barrera que nos protege de los elementos externos como los rayos solares y que, además, produce la vitamina D. Pero a medida que envejecemos nuestra piel cambia: se descuelga, aparecen manchas fruto de la edad, se desarrollan las arrugas…
¿Qué provoca el envejecimiento?
El envejecimiento se debe a causas intrínsecas (genética) y extrínsecas. La genética determina la pérdida normal de colágeno, la disminución de la función de la glándula sudorípara y la aparición de la flacidez. Curiosamente, el envejecimiento intrínseco juega un papel menor en las arrugas de la piel. El segundo factor causante del envejecimiento es el «extrínseco», y es la principal causa del envejecimiento cutáneo o envejecimiento prematuro. Lo causamos nosotros mismos debido a la exposición al tabaco, a la mala alimentación, al estrés y a la exposición a los rayos ultravioletas del sol.
Pero, sin duda, el principal factor a la hora de contar con una piel envejecida, tanto desde el punto de vista extrínseco como intrínseco, es la exposición al sol. Los rayos UVA pueden penetrar profundamente en nuestra piel, fracturando el colágeno y las fibras elásticas, provocando que la piel se arrugue y se descuelgue. Además, estos rayos UVA unen partes de nuestro ADN causando «dímeros de timina» (enlaces covalentes), uno de los principales factores para la aparición del cáncer de piel.
¿Cómo prevenir y paliar los daños del sol?
La mejor manera de prevenir (y retardar) el envejecimiento de la piel es usar protector solar de amplio espectro todos los días en todas las áreas expuestas al sol, es decir, las manos, el cuello, la cara… Es posible conseguir un bronceado saludable sin necesidad de exponerse a daños solares que pueden ser irreversibles.
En pieles jóvenes que presentan manchas se pueden realizar tratamientos empleando peelings químicos superficiales, además de tratamientos de luz pulsada intensa, que ayudan a eliminar las manchas y estimular el colágeno.
En pieles mayores deterioradas también se puede utilizar el láser mediante la técnica de la dermoabrasión para eliminar la capa de piel dañada por el sol. Este procedimiento permite que la piel se repare, formando una nueva piel sana que contiene nuevo colágeno y fibras elásticas.
Dr. Julio Puig, especialista en medicina estética para la piel